Una de las primeras cosas que me preguntan cuando le digo a alguien que tengo SQM es: "Y cómo limpias?"
Y me gusta que me lo pregunten. Y todavía me gusta más cuando, al cabo de unos días, supongo que después de asimilar lo que explico sobre los tóxicos, me llaman y me piden que les explique cómo pueden hacerlo en sus casas.
Y me gusta por dos razones:
La primera, es por que pienso que como afectada, me he "autoimpuesto"el deber de que el mayor número de personas posible sepa a qué se está exponiendo sin saberlo y las alternativas saludables y económicas que tiene al alcance de su mano. Es increíble de cuántas personas me entero que van enfermando de SQM sólo en mi comarca. Si sólo por el hecho de explicar cómo reducir la carga tóxica dentro de casa (muchas veces mayor que la de la calle) se evita que alguien más enferme, hace que se me aligere la carga de estar enferma.
Igual que pensaba: "De qué me sirve saber Qi Gong si no puedo compartir sus beneficios con quién lo necesite?" de igual manera pienso que ya que estoy enferma, por lo menos que lo que voy aprendiendo sirva para evitar que caiga más gente.
La segunda puede parecer más egoísta, ya que no es otra que, si todo el mundo hiciera lo que yo, podría ir a cualquier sitio, podría trabajar, podría hacer vida normal, en definitiva, ya que cuando no me expongo es como si no tuviera nada de nada. De hecho, no pido más que una persona en silla de ruedas que necesita que se derriben las barreras arquitectónicas. Mis barreras arquitectónicas son los tóxicos que están por todas partes.
Cuando abrimos cualquier armario de la limpieza en cualquier casa, vemos un auténtico arsenal tóxico. Posiblemente no pasaría nada por usar uno solo de esos productos, el problema es que usamos tantos que hacemos un verdadero cóctel de sustancias químicas que respiramos y absorvemos por la piel. Lo peor de todo es que nos lo venden como imprescindible y nos parece que si no usamos lo que usa todo el mundo no estamos limpiando.
Cuando empecé a usar productos alternativos me di cuenta de que los convencionales no limpian, si no que van añadiendo capas y capas, quién sabe si para que tengas que seguir comprando y comprando...o simplemente por que son ineficaces. Además, alguien se para a pensar si después de limpiar con estos productos realmente tienen su casa limpia? Por que sí, gérmenes no habrán, pero sí una gran cantidad de tóxicos que se van a estar respirando continuamente, día tras día, año tras año....Y nos quejamos de las alergias, intolerancias, problemas respiratorios, si no enfermedades mucho más graves que cada día son más numerosas y que a pocas personas se les ocurre relacionarlas con el ambiente tóxico en el que viven.
Y, se puede limpiar, desinfectar, blanquear, desengrasar, descalcificar, desorodizar y todos lo etcéteras que se os ocurran con algo que no anuncien por la tele? PUES SÍ. Simplemente con lo que se puede ver en la foto de la entrada: Lavavajillas ecológico, carbonato sódico, bicarbonato, limón, jabón natural, ecobola y paños de microfibra.
He comprobado que limpiando con estos sencillos productos, se limpia de verdad, eliminas los restos de productos anteriores (en el caso de la ropa es bastante difícil) y, lo más importante, no añades más tóxicos al medioambiente. O es que acaso no tenemos bastante con lo que ya hay y que no podemos controlar? Haciendo pequeños cambios en nuestros hábitos (y no hace falta tener SQM para hacerlos) podemos poner nuestro granito de arena para cuidar el planeta.
En el mercado existen productos de limpieza ecológicos que también he
probado. Todos ellos me han ido estupendamente, muchísimo mejor que los
convencionales y también los expondré en este Blog por si a alguien le
puede interesar. El problema es que no los tolero. Pero como siempre veo
la parte positiva, lo que sí tolero es muy eficaz y extremadamente
barato.
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