Universidad de Washington
26 de octubre de 2010
El dulce olor de ropa recién lavada puede contener una nota amarga. Los 
productos perfumados que se utilizan habitualmente - incluyendo aquellos
 que dicen ser "verdes" - emiten muchas sustancias químicas que no 
figuran en la etiqueta, incluyendo algunos que están clasificados como 
tóxicos.
Un estudio dirigido por la Universidad de Washington
 ha descubierto que 25 productos con fragancia de uso cotidiano emiten 
un promedio de 17 sustancias químicas cada uno. De las 133 sustancias 
químicas detectadas, casi una cuarta parte están clasificadas como 
tóxicas o peligrosas por, como mínimo, una ley federal. Solo una de las 
sustancias químicas estaba listada en la etiqueta del producto y solo 
dos se daban a conocer públicamente en la información adicional. El 
artículo se publica hoy online en la revista Environmental Impact 
Assessment Review (Evaluación de Impacto Medioambiental).
“Hemos analizado los productos más vendidos, y aproximadamente la mitad 
de ellos se autoproclaman como verdes, ecológicos o naturales” dijo la 
autora principal Anne Steinemann,
 profesora de Ingeniería civil y Medioambiental y Asuntos Públicos de la
 Universidad de Washington. “Sorprendentemente la emisión de sustancias 
químicas peligrosas no fueron significativamente diferentes en los 
productos “verdes” respecto a los demás.
Más de un tercio de los productos analizados emiten como mínimo una 
sustancia química clasificada como un probable cancerígeno por la U.S. 
Environmental Protection Agency (EPA - Agencia de Protección 
Medioambiental de EE.UU.), y para las cuales la EPA no establece ningún 
nivel seguro de exposición.
Los fabricantes no están obligados a revelar todos los ingredientes de 
los productos de limpieza, ambientadores o productos para el lavado de 
la ropa, todos ellos regulados por la Consumer Product Safety Commission
 (Comisión de Seguridad de los Productos de Consumo). Tampoco a los 
productos de higiene personal, regulados por la Food and Drug 
Administration (Administración de Alimentos y Medicamentos), se les 
requiere que enumerar los ingredientes que se utilizan como fragancias, a
 pesar que un único ingrediente declarado como “fragancia” en un 
producto puede ser una mezcla de hasta varios cientos de ingredientes, 
dijo Steinemann.
Steinemann y sus colegas han hecho de detectives de sustancias químicas 
para descubrir lo que emiten los productos con fragancia de uso común en
 los hogares, espacios públicos y lugares de trabajo. El estudio analizó
 ambientadores (incluyendo espráis, sólidos y aceites), productos de 
lavandería (detergentes, suavizantes para la ropa y hojas de suavizante 
para secadora), productos de higiene personal (jabones, gel para las 
manos, lociones, desodorantes y champús) y productos de limpieza 
(desinfectantes, limpiadores universales y detergente para platos). 
Todos ellos de marcas muy conocidas, con más de la mitad de sus 
productos dentro de los más vendidos en su categoría.
Los investigadores pusieron una muestra de cada uno de los productos en 
un recipiente de cristal cerrado a temperatura ambiente y posteriormente
 analizaron el aire del ambiente buscando compuestos orgánicos volátiles
 y pequeñas moléculas que se evaporan de la superficie del producto.  
Detectaron concentraciones de sustancias químicas que van de 100 
microgramos por metro cúbico (el valor mínimo reportado) a más de 1,6 
millones de microgramos por metro cúbico. Las emisiones más frecuentes 
fueron limoneno (un compuesto con aroma cítrico), alfa-pineno y 
beta-pineno (compuestos con aroma de pino), etanol y acetona (un 
solvente que se encuentran en el quitaesmaltes de uñas).
Todos los productos emitieron por lo menos una sustancia química clasificada como tóxica o peligrosa.
Once productos emitieron como mínimo una sustancia química clasificada 
como probable cancerígeno por la EPA. Estas incluyen acetaldehyde 
(acetaldehído), 1.4-dioxane (1,4-dioxano), formaldehyde (formaldehído) 
and methylene chloride (cloruro de metileno). El único producto químico 
que figuraba en la etiqueta del producto era el etanol, y la única 
sustancia adicional que figuraba en el informe de seguridad química, 
conocida como hoja de seguridad, fue 2-butoxyethanol (2-butoxietanol).
“De forma conjunta, los productos emiten más de 420 sustancias químicas,
 pero prácticamente ninguno de ellas se da a conocer a los consumidores,
 en ningún lugar”, dijo Steinemann. “Debido a que las formulaciones de 
los productos son confidenciales, no fue posible determinar si una 
sustancia química procedía de la base del producto, de la fragancia 
añadida al producto, o de ambos.”
En las tablas adjuntas figuran la todas las sustancias químicas emitidas
 por cada producto y las concentraciones asociadas, aunque no se revelan
 la marca de los productos. “No queremos dar a la gente la impresión de 
que si hemos informado sobre el producto "A" y ellos compran el "B", 
están a salvo", dijo Steinemann. "Hemos encontrado sustancias químicas 
potencialmente peligrosas en todos los productos con fragancia que hemos
 probado.”
El estudio establece la presencia de diversas sustancias químicas, pero 
no hace afirmaciones sobre los posibles efectos en la salud. Dos 
encuestas nacionales publicadas por Steinemann y un colega en 2009 
encontraron que aproximadamente el 20 por ciento de la población declaró
 efectos adversos para la salud provocados por los ambientadores y cerca
 del 10 por ciento se quejó de los efectos adversos de los productos de 
lavado de la ropa. Entre los asmáticos, tales denuncias fueron 
aproximadamente dos veces más comunes.
La ley Household Product Labeling (ley de etiquetado de productos del 
hogar), actualmente en revisión por el Senado de los EE.UU., quiere 
obligar a los fabricantes a listar todos los ingredientes en 
ambientadores, jabones, productos para el lavado de la ropa y otros 
productos de consumo. Steinemann dice que ella está interesada en las 
mezclas de fragancias, que se incluyen en la propuesta de ley de 
etiquetado, debido al potencial de exposición no deseada, o lo que ella 
llama "olores de segunda mano."
En cuanto a lo que los consumidores que quieren evitar los productos 
químicos deberían hacer mientras tanto, Steinemann sugiere el uso de 
opciones más sencillas, como la limpieza con vinagre y bicarbonato de 
sodio, la apertura de ventanas para la ventilación y el uso de productos
 sin ningún tipo de fragancia.
"En los dos últimos años, he recibido más de 1.000 e-mails, mensajes y 
llamadas telefónicas de gente que dice:" Gracias por hacer esta 
investigación, estos productos me hacen enfermar y ahora puedo empezar a
 comprender el por qué”, dijo Steinemann.
FUENTE: No Fun
.gif)
No hay comentarios:
Publicar un comentario